Pero aunque nadie dijo que es fácil, o que no lleva su tiempo y su trabajo, sí puedes lograrlo si es lo que realmente quieres, con empeño y constancia puedes recuperar un buen estado de ánimo y hacer que sea lo normal de tu día a día.
Para ello te regalos los siguientes consejos que pueden ayudar a eliminar o aliviar la tristeza de tu vida…
Escucha música: La música, como sabemos, es capaz de transportarnos a otros mundos dentro de nosotros. Tiene efecto tranquilizante y ayuda a la concentración. Cuando te sientas deprimid@ o que has tenido un mal día… enfadad@, triste o rabioso… pon música suave, cierra los ojos, respira y déjate de llevar. Tómate tu tiempo, hasta que sientas que te vas calmando.
Si lo que sucede es que sientes apatía sin causa aparente, o tristeza justificada, pon música animada, que te haga vibrar y por qué no, incluso bailar!!
Exprésate y cuenta lo que te pasa: Muchas veces, el hecho de hablar y soltar lo que nos hace daño, es como si sacáramos la “basura” a la calle, el cuerpo se libera de “eso” que nos tiene de mal humor. Intenta hablar con alguien que te haga sentir bien, que te entienda (aunque no comparta), que respete cómo estás en ese momento y te dedique toda su atención. Busca un buen oyente, incluso un terapeuta si fuese necesario.
Practica algún deporte: No hace falta que sean deportes duros, simplemente pasear, hace que el cuerpo vaya perdiendo energía, liberando tensiones y relajando la musculatura. Tonifica cuerpo y mente.
Descansa: A veces las tensiones son por falta de descanso. Intenta dormir tus 8 horas diarias, si tu cuerpo no descansa no podrá aportarte toda la energía necesaria de tu día a día.
Aliméntate bien: El cuerpo necesita vitaminas, minerales y antioxidantes, por lo que tu dieta debe tener un alto contenido de frutas y verduras. Además, de proteínas y muy pocas grasas. Evita la bollería y grasas saturadas, fritos, exceso de carnes rojas o con muchas grasas…. que no quiere decir que no te des un capricho de vez en cuando!.
Medita: La meditación no es mas que dedicarte 5 minutos al día para “desconectar”, apagar el interruptor de tu cerebro y llevarlo a un lugar mejor. Con velas e incienso si te gustan, ya que los aromas nos transportan a otros lugares y música adecuada que puede encontrar muchísima en internet.
Evita personas y situaciones negativas: Hay personas que con sólo abrir la boca ya están “atrayendo” toda tu energía. Sólo hablan de cosas desagradables, malas noticias, quejas o críticas a otras personas. Intenta alejar de ti a éste tipo de gente. Una persona optimista no es alguien ciego, es alguien que vive la misma vida en el mismo mundo, de otra manera más productiva y feliz. Pensar positivo puede mejorar tu salud.
Agradece: Las personas que viven en un estado constante y pleno de gratitud, suelen tener un talante mas alegre y exitoso, cada cosa por pequeña que sea, los hace felices, porque ponen mas atención a todo lo maravilloso que los rodea, que a lo malo que les ocurre. Fíjate bien en tu vida y agradece por cada buen motivo que encuentres.
Toma tiempo para ti: A veces simplemente necesitamos tiempo para nosotros, aléjate o aíslate un tiempo si es lo que necesitas y no te sientas mal por ello. Luego podrás dar a los tuyos lo mejor de ti!.
Arréglate: Cuida tu aspecto físico, al descuidarlo no nos gusta lo que vemos, y baja nuestra autoestima… dentro de tu estilo, mantente siempre cuidad@.
Mímate: Si puedes, date un capricho. Regálate un masaje, una comida con l@s amig@s, un helado con tus hij@s, un día de playa, un buen libro. Procura hacer siempre algo que te guste.
Ponte metas en tu vida: haz una lista con las cosas que quieres hacer y fíjate plazos. Date tiempo pero no te abandones y verás que poco a poco vas adquiriendo un hábito tan saludable que tu estado de ánimo tenderá a mejorar y sentirte la mayor parte del tiempo feliz.
Está claro que todos tenemos problemas, y que tenemos el derecho a la pataleta, al mal momento, a un mal día y gritarlo si eso nos alivia… pero no conviertas tu día a día en una vida sin propósitos, metas, y sobre todo… ámate y cuídate… porque nadie lo hará mejor que tú.
Autora: Mary Tonda
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