A lo largo de
nuestras vidas intentamos mejorar ciertos aspectos de nuestra personalidad. Ser
menos gruñones, mejorar la paciencia, ser menos impulsivos, decir las cosas con
suavidad, controlar nuestro fuerte carácter, suavizar nuestras reacciones, etc…
Cuando nuestra
personalidad es visceral, con prontos fuertes, decimos lo que pensamos sin
pensar en los daños, llega un momento en que nos planteamos si eso es lo
correcto.
En mi caso, un día apareció un libro cuya lectura me hizo
tomar las cosas de otra manera. Luego empecé a practicar Reiki, a leer sobre
temas de espiritualidad y me adentré poco a poco en un mundo menos hostil, mas
humano, donde el amor es el alimento del alma. Un mundo donde aprender que,
todo lo que ocurre es atraído por uno mismo. Que somos responsables de nuestros
actos y que todo lo que ocurre en nuestra vida, son las consecuencias.
Aprendí, que recoges
lo que siembras y con el tiempo, con práctica y muchas enseñanzas, llegué a la
plena convicción de que así era.
Hoy todo lo que hago,
lo hago con amor. Intento hacer siempre lo correcto, dentro de mis creencias,
pensamientos y fiel a mis principios. Me hice una defensora de la libertad de
expresión y pensamiento, de la libertad para amar, para tener o cambiar de
pareja, de la búsqueda de la felicidad, del libre albedrío. Aprendí a respetar
los tiempos de los demás, sus creencias y sus patrones de conducta, ayudando al
que me pidió ayuda, tratando a personas con problemas y guiando a quién me
pidiera guía.
Me alejé del
cotilleo, de los daños gratuitos, del corre-ve-y-dile. Respetando a cada uno
por ser como es, alejándome de quién no respetaba mi forma de ser o pensar, de
quién me increpara y no aportara nada a mi vida en ningún aspecto. Rodeándome
de quién me quiere y siendo neutra a otras relaciones que son porque debe ser y
que están porque deben estar. Pero eso sí…siempre escucho a quien quiere ser
oído, se lo merezca o no.
Todo esto, siempre
guiada por el amor al prójimo, sin esperar nada a cambio, sin mirar a quién, respetándome
a mí misma…y es verdad que he ido recibiendo de vuelta mucho de lo que he dado
y muy bueno.
Cuando he querido
dar, doy sin esperar nada, pero cuando decido no dar porque no me nace, lo hago
sin culpa, porque si no nace es porque algo no vibra con ciertas situaciones o
personas.
Pero lo peor de esto,
es cuando el alma se te cae a los pies, sientes el corazón pisoteado y golpeado
injustamente, porque siempre hay alguien, en algún momento, que no es capaz de
ver nada de bueno en ti. Alguien que exige lo que nunca dio y quiere recoger lo
que nunca sembró. A veces hay quien no comprende lo mas mínimo el porqué de
algunas cosas, pero lo peor es que ni se molesta en preguntar, en ver, en
observar, en indagar… Simplemente juzga, sentencia y te manda a la guillotina.
Seguramente, y siendo
fiel a mis enseñanzas, es que algo debo cambiar, algo hago mal, algo debo
solucionar y arreglar en mí para que fluya.
Pero a veces un… ¡váyase
usted a la mierda!, es mas efectivo, te ahorras sofocos y por lo menos te
desahogas. Luego seguiremos meditando, avanzando y confiando en que mañana…
será otro día y seguramente brillará el sol.
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