lunes, 2 de noviembre de 2015

Reflexiones de una mañana de noviembre

Ante la reflexión compartida de una amiga sobre espiritualidad donde alguien escribe:

"La espiritualidad debe salir de los templos y los conventos para abrazar la calle. La espiritualidad es una función natural del cerebro que nos permite ver más allá de lo que tenemos delante de nosotros para conectar, inspirarnos, relativizar y elevar nuestra humanidad sobre las circunstancias. Si tienes un cerebro, cierta conciencia y sensibilidad, ya eres espiritual"

Me hizo reflexionar a mí sobre lo que siento y opino sobre la espiritualidad y comparto con todos ustedes:

Ser espiritual es algo mucho más amplio que desde luego no está en los templos y yo diría que hay muchos más fuera de ellos que dentro.
Ser espiritual, siempre dese mi perspectiva, es un crecimiento interno del espíritu, del alma. Es una conexión con el Universo (aunque luego lo llamen Dios, Jesús, San Pedro, la Virgen, etc)
Ser espiritual es mirar para dentro y reconocer nuestras limitaciones. Mirar para fuera y ver nuestras bondades. Y con esas bondades trabajar las limitaciones para ser cada día mejor con nosotros mismos… Porque lo que es dentro, es fuera.
Ser espiritual es un acto de amor con nosotros mismos y cuando estamos en sintonía y paz con lo que somos, damos lo mejor a los demás.
Ser espiritual es reconocer nuestras luces y nuestras sombras, abandonar el ego y desaprender, para volver a ser como éramos y aprender de nuevo.
Ser espiritual no es un título, es una actitud ante la vida y las personas. Es amor y compasión.
La espiritualidad no está en el cerebro, está en el alma y el alma es la que se hace consciente de que debe educar a nuestro cerebro para que sea sensible aunque le hagan daño al corazón… Donde todos somos uno y la única verdad sea el Amor por los seres vivos, el respeto, la compasión y la conexión con el Universo, sea un estilo de vida.

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