miércoles, 13 de abril de 2016

Reacciones

A veces resulta curioso como reacciona cada uno a los acontecimientos, imprevistos y avatares de la vida. 

La magnitud del problema es una vara de medir muy personal.

En la vida afrontamos diariamente una serie de sucesos que nos van dictando un camino, nosotros decidimos si es ese el camino o queremos coger otro. Cada persona desafía las leyes del Universo, lo que llamamos destino y esos caminos escritos o por escribir con cada decisión que tomamos, pero depende de la decisión, el camino es más largo o más corto, más fácil o más difícil, más  o menos alegre.

No por ser el camino más corto, es el mejor o más fácil.

A veces dar un rodeo, aunque nos lleve al mismo sitio, hace del momento un gratificante aprendizaje y un momento de superación loable, porque aunque el camino estuviera escrito, no eres caminante sin haberlo recorrido.

Y dando rodeos es como se aprende a ver, sentir y entender quién es quién, porque aunque lo sospechamos, muchas veces es el camino y el recorrido lo que nos lleva a la afirmación absoluta de nuestras creencias...

A veces, quién tú creías que es, no es. Quién tu creías que está, no está. Quién tu creías que no está y que no es... ES y ESTÁ.

Y es que el aprendizaje, tarde o temprano, se hace presente en quiénes somos, dónde estamos, qué hacemos, de dónde venimos y a dónde vamos y al final... Todo lobo enseña su patita. Y todo corazón noble acaba enseñando sus alas.

Hoy doy gracias a esos que están, que asomaron sus alas y que su amor, cariño y comprensión son el alimento del alma de todo ser humano.
¡GRACIAS!


No hay comentarios:

Publicar un comentario