viernes, 16 de septiembre de 2016

Cadenas amables...


Hoy me tocó trabajar haciendo gestiones en la calle y mientras me registraban documentación en una oficina del Servicio Canario de Empleo, le comenté a la chica que me atendía, que no sabía si había cogido bien una cita para mi pareja porque ahora hay dos páginas, una para prestación y otra para apuntarte como demandante o como mejora de empleo, que era un poco lío, etc.
Cuando me terminó de registrar el montón de papeles que nos tuvo allí una hora, me dice... "Dame el DNI de tu pareja que ya mismo te lo miro"... Me sacó la cita y me explicó para futuras veces cómo se hace.
Le di las gracias mil veces y me fui de allí con esa sensación del corazón repleto de gratitud....

Luego fui a otras cosas para acabar en correos....
En correos debía hacer algunas gestiones que también me llevarían su tiempo y de paso, recoger un paquete personal.
Las gestiones de la empresa llevaron casi una hora, y ella siempre con una sonrisa en los labios y una amabilidad exquisita...
Cuando me dio mi paquete me dice "aquí pone que no cabía en el buzón... se ve grande" y le digo "sí, es incienso"...
Al moverlo para entregármelo, mi Nag Champa esparció parte de su aroma y dice "uy sí... y que bien huele, me encanta!!"
Abrí el paquete y le regalé una de las cajitas de incienso que venían dentro.
Le dí las gracias por todo y me fui...
Me di cuenta en ese momento que sin pensarlo, había regalado algo a la chica de correos igual que la del SCE me regaló a mí... Y es que cuando hacemos cosas por los demás, no siempre se nos devuelve de esa misma persona.
No importa si tú haces mucho por alguien que no te lo agradece.
No importa si tú das mucho y te parece que es a cambio de nada.
La bondad debe venir del alma y entregarla a los demás sin pretenciones, ni egos, porque el Universo tiene una forma mágica, única y sublime de manifestarse y siempre nos devuelve por multiplicado todo aquello que damos de forma generosa, sin hacer alarde y desde el amor más profundo.
Y son éstas pequeñas cadenas amables las que hacen feliz al Mundo... A mí me hizo muy feliz recibir una cita que se me había complicado y mi incienso alegró el día a alguien... Seguramente ella al estar feliz, regalaría o contagiaría a alguien que a su vez, lo regalaría a otro... Y así éstas pequeñas cadenas amables, darían la vuelta a mundo.
Y es que ser amable no cuesta nada y hace muy feliz a todos.

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