Curioso título,
cuando por regla general los conflictos no sirven para nada ni aportan nada a
nadie. Generalmente los conflictos no es
mas que una lucha de egos, de una y otra parte, en una pelea verbal por ver
quién tiene la razón, quién sabe mas o quién está en posesión de la absoluta
verdad… y sobre todo, el ego siempre quiere tener la última palabra.
Muchas de mis
reflexiones, consejos y artículos, que no son mas que vivencias propias y
situaciones cercanas , otras ajenas o mas lejanas, que me llegan, me hacen
reflexionar, pensar y plasmas sobre un papel mi percepción (personal) de lo que
vivo.
Esta semana, por
alguna extraña razón, di con algunas personas “conflictivas”, con pensamientos
fijos y cerrados, que defendieron su verdad por encima de cualquier tipo de
conversación o reflexión y que por supuesto, dijeron la última palabra. Al principio pensé… a pesar de mi carácter
soy muy tranquila, no me meto con nadie, vivo mi vida como creo que debo
vivirla, no hago juicio de valores, si algo no me gusta me aparto, y si creo
que una discusión puede hacer mas daño que bien y no aporta nada nadie, me
quedo calladita. Observo, escucho, si me preguntan soy totalmente franca, y si
lo que tengo que decir no es apropiado o puedo crear conflicto… me mantengo en
silencio. Entonces, por qué, sin buscarlo, me vi envuelta en conflictos
verbales, donde además se sacó de contexto (desde mi punto de vista) mis
palabras?
Pensando y
reflexionando, me remonté a unas semanas atrás…donde hablando con mi pareja le
decía: “ empiezo a cansarme de dar explicaciones a todo el mundo, de decir algo
y que la otra persona siempre rebata lo que digo, a las discusiones estúpidas,
a que algunas personas no escuchen y he decidido que a partir de éste momento
no voy a discutir para hacerme entender… cuando alguien rebata, discuta o
quiera imponer su verdad, yo diré… “ lo que tú digas”, e intentaré que esto no
me cause molestia ni me haga sentir mal… porque lo que quiero, es estar
tranquila y que nadie tenga la capacidad y el poder de desequilibrarme o
enfadarme”
Y ahí quedó….
Pues de lo que me di
cuenta fue, que ésta vez no perdí los nervios, no me crispé, quizá un poco al
principio, pero luego lo controlé, me relajé, dije lo que pensaba, sin
despeinarme. Note una calma absoluta en mi interior y cuando el super ego de
esas personas querían seguir increpando y queriendo tener la verdad absoluta,
dije “lo que tú digas”.
Y cuál es la
conclusión a todo esto? Pues que cada uno se retrata tal y como es, por mas que
discutamos, que queramos llevar razón, que los demás se den cuenta de quién es
quién…, no está en tu mano hacerlo. Porque cada uno, con sus actos, con sus
palabras y con su forma de actuar ante la vida, se evidencia por sí misma… se
retrata punto por punto. Tú no tienes que hacer nada… sólo zanjar el asunto,
decir lo que tengas que decir si crees que es lo correcto de forma serena y
tranquila… y dejar que cada uno se coloque en su justo lugar…
Lo mejor de éste estado, es que quedas en total paz y tranquilidad...
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